martes, 12 de agosto de 2008

El valor de valerse

Somos muchos los que pensamos que la mejor etapa de nuestras vidas es cuando se es un niño. ¿Cuantas veces hemos escuchado eso de "me gustaría volver a la infancia dónde todo era feliz"? La inocencia es bonita. Sí, muy bonita. Aquí se le podría aplicar el famoso dicho de "ojos que no ven, corazón que no siente". Pero no es una cuestión de ceguera lo que nos da la supuesta felicidad, sinó de incultura y de ignorancia.

Obviamente, todos podemos tener momentos en la vida en los que nos sentimos emocionalmente más débiles y sin ganas de afrontar los problemas que conlleva el vivir. Es en estos momentos en los que tenemos que buscar en lo mas hondo de nuestras entrañas y encontrar la fuerza y los valores que hemos adquirido durante nuestros años de adultez. Es por eso que es importante mejorarse como persona cada día, superar nuestros miedos y afrontar los problemas cómo una persona fuerte para así poder aprender de ellos. Un problema afrontado con optimismo se reduce sólo a "ese problema". Un problema afrontado con pesimismo y pasividad se convierte en una roca enorme en nuestro camino que puede descarrilarnos y hacernos caer al vacío sin darnos cuenta. En algunos casos un bofetón en la cara es suficiente para despertarnos y empezar de nuevo a rehacer el camino, con suerte, de la mano de esos que nos quieren. En otros casos desgraciadamente la caída es demasiado grande y no hay nada que se pueda hacer.

Aunque parezca mentira, o cueste aceptar, los problemas no son siempre por culpa de factores externos. Siempre hay una solución para un problema, y la vida es un hilo muy largo con muchos cortes, en la que nosotros somos los responsables de atarlos y de conseguir una cuerda dura y resistente por la que caminar sin tambalearnos. Nosotros somos los únicos responsables y los únicos amos de nuestra vida, porque nuestra vida es nuestra, y es por eso que hay que cuidarla y regarla, como cual planta marchita al ser abatida por el duro sol. Nosotros somos también los responsables de cambiar la tierra de la cual nos alimentamos y crecemos y que nos sirve de base.

Desgraciadamente existen en este mundo personas que se encargan de pisotear a la gente y de hacerla sentir mal, a cambio de su propio bienestar. Esa gente no merece nuestra atención, y tampoco el ser nombrados en este blog, aunque al fin y al cabo sean personas. Una persona no puede jamás depender de otra, tiene que valerse por uno mismo, no perder nunca las ganas de vivir ni las ganas de ser mejor día tras día. Todos esos detalles de nosotros que no nos gustan o que nos gustaría que fueran de otra manera se pueden cambiar. Tan solo requiere un pequeño esfuerzo. Recuerda, tan solo un pequeño esfuerzo.

Besos y abrazos,

Toni.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué me vas a contar... Tienes toda la razón.

Saborízate dijo...

Eso mismo pienso yo! jajajajaja

Leni dijo...

hay muchos anominos por aqui !
tanto cuesta firmar sus ideas con su propio nombre?

Bueno lo que dices tu, toniet, me parece muy justo !


Lo mas dificil es siempre decirse que ya es hora de levantarse !
pero muchas veces una vez que ya estas en marcha no cuesta tanto !!
Por eso hay de pasar de la pereza que tenemos !
Muchas cosas nos dan pereza pero siempre vale la pena moverse un poco !!
Los placeres faciles no te dejan unos recuerdos geniales, ni te aprenden mucho, son necesarios y distrutas, pero encontraras que vale la pena vivir en esos momentos ...!
No te puedes conformar con solo estos placeres que te dan alegria a corto plazo !
Lo que te cuesta mucho lo saboreas aun mas !


Lenoh... !

Saborízate dijo...

jajajajaja yo se quien es la anónima de siempre! pero la verdad es que no estaría de más poner el nombre!

Anónimo dijo...

Lo importante no es cuántas veces nos caemos, sinó cuántas veces conseguimos levantarnos!